La Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA), institución que agrupa a las cámaras cuyas empresas representan el 90% de la marina mercante argentina, comunicó que desde el viernes 11 el el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) dictó el trabajo a reglamento –trabajo por sólo ocho horas– para todos sus afiliados embarcados en buques de empresas afiliadas a la FENA.

 

El SOMU es el sindicato que fue conducido históricamente por Omar “Caballo” Suárez, políticamente aliado al kirchnerismo, hasta que con el cambio del Gobierno y con el avance de las causas judiciales en su contra –como el entorpecimiento de las vías navegables y la extorsión a las empresas– terminó procesado y se encuentra actualmente preso. En tanto, desde la cartera laboral que entonces conducía Jorge Triaca, y de común acuerdo con la justicia, el gremio fue intervenido por un tiempo hasta que se celebraron elecciones y resultó electo como secretario general Raúl Durdos.

 

Este sindicato representa a los trabajadores de marinería que integran las tripulaciones y desempeñan todas actividades necesarias para la navegación fuera de la operación de las máquinas y la conducción de las embarcaciones. Como sucede también con las líneas aéreas, en las líneas marítimas también hay varios gremios que representan a los distintos trabajadores: si uno de los gremios para, o trabaja a reglamento, afecta por completo el normal desempeño de la embarcación.

 

Pérdidas

Para la FENA, el trabajo a reglamento constituye en rigor “un paro parcial que impide el normal funcionamiento de los buques que integran la marina mercante de nuestro país”. Advierten, además, que el fin de semana pasado “más de 50 buques parados produjeron pérdidas millonarias”, al calcular que el costo operativo de un buque por día es de US$ 30.000.

 

“Estas pérdidas no sólo afectan a las empresas, sino que tiene un efecto multiplicador. En el caso de los buques que transportan productos inflamables exponen a peligros a la embarcación, a su tripulación y a las instalaciones aledañas. Se entorpece el funcionamiento del comercio interior y exterior, afectando a la carga a granel, los contenedores y se podría ver afectado el arribo y partida de turistas que se trasladan en los cruceros”, asegura el comunicado de FENA.

 

Entre las consecuencias de que se prolongue la medida, enumeran: complicaciones en el abastecimiento de combustibles, en el aprovisionamiento de las plataformas off shore, demoras y extracostos en las cadenas de suministro, incumplimientos contractuales e interrupción en el ciclo de recaladas de buques extranjeros (y probable cancelación de escalas) tanto de contenedores como de pasajeros.

 

Nota al Gobierno

La FENA presentó hoy una nota al secretario de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio donde destacan que “las nuevas medidas de fuerza” se llevaron adelante “sin reclamos previos”. Trade News intentó comunicarse con el secretario general del SOMU, pero no se encontraba disponible para responder consultas.

 

“En primer lugar destacamos que por las características del transporte por agua éstos deben operar las 24 horas, tanto en navegación como en puerto. Para ello los convenios colectivos de trabajo (el 620/11) establecen un sistema de guardias a los efectos de atender tales requerimientos. Por lo tanto la medida del SOMU no constituye un trabajo a reglamento sino un paro parcial”, destaca la nota.

 

FENA le pasó a la Secretaría de Trabajo un listado del total de buques y empresas afectadas, detallando incluso que en algunos casos “el mal llamado trabajo a reglamento” llegó a paralizar totalmente embarcaciones por “44 horas”.

 

El origen del conflicto

La FENA se acogió a un Procedimiento de Reestructuración Productiva, un marco permanente de diálogo y negociación con los gremios y las autoridades. En ese contexto, se firmó un acuerdo de recomposición salarial del 30% y “paz social” hasta marzo con seis gremios marítimos.

 

Por otro lado, con el Centro de Capitanes de Ultramar se logró otro acuerdo: una recomposición salarial del 45% y reducciones en el costo laboral a partir de la renegociación del convenio colectivo 562/09, que contempla reducciones en torno al 18% en “adicionales” –que no impacta en el sueldo básico– en determinados buques (tanqueros, portacontenedores y cifras similares en graneleros) y una reducción en el valor percibido los días francos, que bajó del 95 al 80% del sueldo. Lo que no se modificó fue el coeficiente del 0,8 de días de franco por cada día trabajado.

 

“El SOMU, en tanto, no firmó ni aceptó ninguna de las dos propuestas”, indicaron fuentes de FENA a Trade News, tras aclarar que “no obstante, perciben igual el 30% de la recomposición salarial para no afectar las escalas”. “Es decir, no sólo no firma, sino que recibe igual el aumento y encima sorprende con estas medidas de fuerza”, ampliaron.

 

Aquellos gremios que quisieran lograr el mismo acuerdo que Capitanes (recomposición del 45%), deberían aceptar también las reducciones planteadas en materia del costo laboral.

 

“FENA ha demostrado, con todos los gremios del sector (excepto el SOMU), vocación negociadora y voluntad de resolver, tanto la crisis que atraviesa la marina mercante, como la conservación de las fuentes de trabajo del personal embarcado; circunstancias a las cuales el SOMU, ha hecho caso omiso, cometiendo excesos en sus peticiones, exhibiendo una total inflexibilidad en su postura y pretendiendo imponer su posición mediante el uso de medidas de fuerza como las relatadas que configuran un verdadero abuso en el ejercicio del derecho de huelga”, denunciaron las cámaras empresarias.

 

Condiciones de trabajo

“Es importante dar a conocer algunas de las características que hoy imperan en una actividad que está atravesando una sensible crisis. Se trata de un sector en donde

no existe informalidad, que percibe salarios muy superiores al promedio  de nuestro país –las remuneraciones mensuales de los marineros en el tráfico marítimo y fluvial rondan los $ 80.000, mientras que la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (RIPTE) en la Argentina se encuentra alrededor de los $ 33.000″, advirtieron.

 

Por otra parte, recuerdan que los trabajadores de la marina mercante “cuentan con condiciones de trabajo muchos mejores que las de la gran mayoría de los

trabajadores argentinos (un tripulante de un buque dedicado al tráfico marítimo y fluvial  trabaja 5 meses y percibe 13 salarios). Y pese a ello, y aun cuando les corresponde, por el rol que ocupan y por la calificación que tienen, pretenden cobrar sumas adicionales por tareas desarrolladas en su horario de trabajo”, concluyeron.

 

“En el Gobierno no hubo una real dimensión de la gravedad del problema porque Durdos (Raúl, secretario general del SOMU) les dijo que no era un paro sino trabajo a reglamento, que trabajan normalmente, pero que no hacían horas extras. En un buque o remolcador ese sistema es similar a una huelga por las características operativas de la actividad”, destacó un empresario marítimo a Trade News.

 

“En algunos casos, las directivas de algunos delegados fueron de cese total de actividades. Lo que sucede es que la conducción está fragmentada y hay distritos que no le responden. Está cometiendo el mismo error del “Caballo” en su agresividad y perjuicio a la economía, a contramano de la tendencia de disminuir los costos logísticos para disminuir la inflación”, amplió el ejecutivo.

 

“¿De seguir este camino suicida terminará intervenido, o como Suárez? El sector naviero está en crisis terminal. El Gobierno está recogiendo los datos y opiniones de los usuarios y sectores involucrados. Los acuerdos salariales con el resto de gremios fueron seguidos paso a paso por los funcionarios con activa participación de los mismos. Esta actitud del SOMU no se esperaba”, apuntó tras agregar que “los empresarios aportamos buena predisposición mediante la baja sus fletes y tarifas, y también firmando convenios salariales muy por encima del promedio general sobre remuneraciones de las más altas de la Argentina”.

 

La marina mercante argentina hoy está integrada principalmente por buques tanque, que transportan por río combustible desde las refinerías a distintos puntos del país donde son descargados y desde allí cargados en camiones y distribuidos a las estaciones de servicio de todo el país.

 

No obstante, también abarca la totalidad de los remolcadores, embarcaciones de apoyo a los buques de mayor porte en su ingreso y salida de los puertos, sean estos portacontenedores, buques graneleros, cruceros, gaseros y buques Ro-Ro (que transporte vehículos). También hay algunos buques portacontenedores de bandera nacional que hacen el cabotaje entre Ushuaia y Buenos Aires.

 

FENA está integrada por la Cámara Naviera Argentina (CNA), la Cámara de Armadores de Bandera Argentina (CARBA), la Asociación Cámara Argentina de Empresas Navieras y Armadoras (CAENA) y la Cámara Argentina de Remolcadores (CAR).