Por Leonardo Abiad – Gerente General de la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA)

A nivel mundial el transporte por agua es el más económico, eficiente y competitivo para transportar a media y larga distancia grandes cantidades de carga, y se caracteriza por tener una elevada seguridad, esto en referencia al cuidado de las personas, medioambiente, y de la carga que transporta. Argentina está dotada de un vasto territorio y un amplio litoral fluvio marítimo, y a pesar de ello, para transportar sus cargas, se priorizan modos de transporte menos eficientes – camión y tren – para grandes distancias. Y cada vez es más ínfima la utilización de buques de bandera Argentina.

Argentina está desaprovechando una gran oportunidad, ya que se margina del beneficio de transportar por barco las cargas que vinculan las zonas productivas del interior del territorio, y también las que surgen de las zonas de influencia de la Hidrovía Paraguay Paraná. En los márgenes que recorren esta hidrovía se encuentran grandes nodos de producción que se vinculan entre sí y en su mayoría exportan sus productos hacia otros continentes.

El transporte de mercaderías por agua también puede leerse en tres importantes claves, la primera que beneficia directamente a los productores, ya que utilizando un servicio de transporte eficiente y adecuado, deberían recibir más dinero por cada tonelada de su producción vendida. También del lado de los consumidores ya que los productos deberían llegar, a “las góndolas” a un menor precio. Y en relación al comercio exterior, impactaría directamente en una inserción más competitiva de los productos nacionales exportados, ya que sumarían a la calidad Argentina una mejora en los costos, lo cual posicionaría mejor a los productos nacionales, en relación a sus competidores de otras partes del mundo.

Pero no se trata sólo de buques cargando, navegando y descargando. La marina mercante Argentina tiene la capacidad de traccionar una amplia cadena de valor con un efecto multiplicador, puertos, astilleros, adquisición de insumos y bienes para el abastecimiento de buques, contratación de personal y profesionales de apoyo en tierra.

Nuestro país puede lograr mayor eficiencia y competitividad si se utiliza el transporte por agua. Tal sería el caso del traslado de contenedores con productos electrónicos, los cuales suelen transportarse 3100 km por camión desde Ushuaia (Tierra del Fuego) hacia Buenos Aires. Otro caso, es la Provincia de Misiones, que exporta madera, pulpa de papel y yerba mate, al mundo. Y gran parte de esas producciones se dirigen desde las zonas productivas hasta el Puerto de Buenos Aires, y mayormente se realiza por transporte terrestre, en una travesía que implica 1000 km. También, por este misma vía se recorren más de 700 km transportando granos desde la Provincia del Chaco hacia Rosario. Y lo mismo sucede con las producciones de la Provincia de Corrientes, la cual exporta arroz, y para llegar al Puerto de Rosario, son 500 km, y de igual modo, se utiliza la vía terrestre.

Para traducir los casos y comprender este desaprovechamiento logístico, un camión tipo semi remolque, carga 26 toneladas, un vagón de tren como los utilizados en el Ferrocarril Belgrano Cargas soporta 69,50 toneladas y una barcaza para transporte fluvial tipo jumbo tiene capacidad para 2.875 toneladas. Por lo tanto, un embarque de 34.500 toneladas puede hacerse, en un solo viaje, por vía fluvial, con un convoy compuesto por un buque tipo remolcador de empuje y 12 barcazas jumbo. Sin embargo, se utilizan 1300 camiones semi remolques.

Por lo mencionado, la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA), está convencida que la Marina Mercante Argentina hace una contribución fundamental para el desarrollo sustentable de la Nación, y comprende que la actividad está atravesando una crisis profunda. Por ello, estableció una agenda de trabajo para dotar de competitividad a la actividad con el objetivo de postular que la Marina Mercante Argentina sea una alternativa necesaria, atractiva y eficiente para productores y cargadores. Con esos objetivos se plantearon tres ejes: el administrativo (Reducción de costos y burocracia), el impositivo (Reducción de la presión fiscal) y el laboral (Modificar las modalidades de trabajo), Respecto de las cuestiones administrativas, el Poder Ejecutivo Nacional, tiene una agenda concreta referida a la facilitación y digitalización de trámites, mejoras de la infraestructura, y en la disminución de costos portuarios y otros servicios relacionados. El segundo aspecto mencionado, es la presión tributaria, una cuestión común a todos los sectores productivos del país. Sobre este punto, entendemos que deben generarse exenciones a tráficos fluvio marítimos que, actualmente, no están desarrollándose y son susceptibles de captar inversiones en el corto plazo (Hidrovía Paraguay Paraná, el Bilateral Argentina/Brasil, Internacional). Finalmente, es necesario centrarse en la modificación de los convenios colectivos de trabajo, esto en referencia a modalidades de trabajo, no salariales. Sobre este asunto, hay dos responsables: empresarios y trabajadores. Responsables no sólo de la modificación o no, de las convenciones colectivas, sino de la capacidad de influir para cambiar el curso de la profunda crisis sectorial. Para ello, FENA realizó propuestas concretas para generar un ámbito para la “Concertación gremial empresaria por la marina mercante argentina”. Los empresarios navieros argentinos tienen la certeza que la recuperación de tráficos que alguna vez el pabellón argentino supo tener, depende de los actores principales y que la marina mercante debe ser parte del desarrollo moderno, e inteligente de el país que todos queremos. Y también tienen el convencimiento que es necesario poner a los buques de bandera argentina, tripulados por Argentinos a disposición del desarrollo sustentable de la Nación.