Diario La Nación | 29/12/2015 | José Luis Brea

López afirma que el país debe recuperar su flota mercante.

Hasta hace poco, Claudio López había logrado el sueño de muchos empresarios argentinos: ejercer un notable poder en su ambiente de negocios y, al mismo tiempo, mantener un bajísimo perfil. Pero para el dueño de Horamar, una de las principales navieras del país, eso empezó a cambiar por propia voluntad. Primero, porque desde la presidencia de la Federación de Empresas Navieras Argentinas aboga públicamente por una nueva ley para intentar recuperar la marina mercante argentina mediante un nuevo marco jurídico, impositivo, laboral y crediticio. Segundo, porque no oculta su esperanza de que el nuevo gobierno atienda lo que pide el sector. De hecho, un ex directivo de su empresa será el encargado de gestionar los puertos y las vías navegables del país.

-Usted es famoso por su bajo perfil, ¿por qué se decidió a hablar ahora, es por el cambio de gobierno?

-Yo estoy muy esperanzado con el nuevo gobierno, porque la administración va a ser dirigida por gente profesional, burócratas en el estricto sentido de la palabra. Me veo identificado con muchos funcionarios que están ahí. Cualquiera de ellos podría ser yo y yo podría ser ellos. Gente capacitada, exitosa, que se ha educado en un alto nivel y que va a hacer un trabajo muy auspicioso para el Estado. Que puede establecer nuevos criterios de eficiencia. Ahora, el gran desafío es que el Estado no es una empresa, es otra cosa, y hay que coordinar, amalgamar, escuchar.

-En la empresa no hay democracia. ¿Tendrán cintura política?

-No hay democracia, pero hay diálogo. La diferencia de la empresa con el sector público es que en la empresa se discute, se debate y se toma una decisión. Y una vez que se tomó una decisión todos van detrás de esa decisión y se acabó. Más que no haber democracia yo diría que una empresa no es el Parlamento, pero sí hay un diálogo, se cuestionan ideas y se cambian cosas. Me da la sensación de que la gente que viene apunta al diálogo. Macri les dice que escuchen, no sólo que oigan. Esto no sucedía antes nunca.

-En otras épocas también hubo gente muy preparada en el gobierno y las cosas no salieron bien. El gabinete de cuatro economistas de la Alianza, por ejemplo.

-En primer lugar, no creo que vayamos a un gobierno liberal. Y quizá las recetas de aquellas personas estuvieran entroncadas con un liberalismo más clásico. Ahora vamos a un gobierno con una impronta pro mercado, pero también pro gente, un gobierno equilibrado.

Como empresario, ¿qué le parece el pacto social que busca Macri?

-El Gobierno sufrió una remarcación de precios feroz, absolutamente especulativa. Alguna respuesta desde el Estado tiene que haber. En un país con tanto desequilibrio social, los mercados no pueden funcionar solos. Tienen que tener arbitradores, y cuando el sector privado no se puede arbitrar por sí mismo tendrá que ser el Estado el que participe. No puede ser que un señor aumente 30, 40% un producto si no ha tenido un aumento impositivo, no ha tenido que afrontar un incremento salarial, no ha tenido un incremento en el costo de los servicios, simplemente se le ocurre que tiene que aumentar por quién va a ser el próximo gobierno.

-¿Cuáles son los cambios que usted promueve en el transporte fluvial y marítimo del país?

-La federación quiere que se cree un registro para buques de transporte internacional con reglas propias, diferentes de las que rigen el transporte de cabotaje. Otro tema es lograr una simplificación impositiva, con un impuesto único al tonelaje; también bajar el costo laboral mediante la modernización de las relaciones laborales de acuerdo con los estándares internacionales. Por último, la modernización administrativa de la bandera argentina, facilitando el crédito privado en el sector naviero y logístico. Si se hace podrían crearse 5000 puestos nuevos de trabajo e ingresarían divisas en el país por 750 millones de dólares. Hoy casi no hay barcos de bandera argentina porque no son competitivos.

-¿Los gremios están dispuestos a aceptar estos cambios?

-Estoy convencido de que sí. Yo no me voy a meter con su sistema de que trabajen cinco meses y cobren 13. Ésa será otra discusión que seguramente se va a dar en el marco del Ministerio de Trabajo. Ahora estamos hablando de otra cosa, del negocio internacional. Para ir a trabajar afuera hay que moverse con los estándares que se manejan afuera y son aprobados por convenciones que la Argentina suscribió.

-El subsecretario de Puertos, Jorge Metz, trabajaba en Horamar. ¿Estaba involucrado en la elaboración de esas propuestas?

-No. Y además de acá, hacía dos años que él estaba trabajando en la Fundación Pensar. No sé cómo le va a ir porque más allá de que sea un hombre de bien o uno lo pueda apreciar, cuando va ahí tiene que arbitrar otros intereses. A veces podrán coincidir con los nuestros y otras no. Con que él libere el desastre que hizo el anterior gobierno en el río, por locuras personales de un funcionario, eso solo va a generar un tráfico fluido y más cargas en los puertos argentinos.